27 dic 2009
Al fin llegamos a Luxor y ya las maletas están preparadas en el exterior para subirlas al autocar. Willy, como siempre tan organizado, nos hace vigilar las maletas y no subimos al autocar hasta que vemos que los mozos las han metido en el maletero. Luxor solo lo vemos en autocar pero nos parece una ciudad muy normal, nos paramos en un cajero automático y seguimos hacia Karnak y eso, si que impresiona.
El conjunto monumental de Karnak es una de las cosas que más me han impresionado.
Unos treinta faraones contribuyeron con sus edificaciones convirtiendo al complejo en un conjunto, que por su tamaño no se había conocido jamás.
La entrada, entre dos inmensos pilonos está precedida por una avenida de esfinges con cabeza de carnero. Se accede a un gran patio porticado donde se encuentra, la izquierda, un templete del faraón Estoy II, a la derecha el templo de Ramsés III, al frente la sala hipóstila, y un poco más al fondo los obeliscos de Thutmose I y Hatshepsut; después hay una serie de estancias, con patios menores, y el santuario, a los que sólo tenían acceso el faraón y los sacerdotes.
La sala hipóstila está compuesta de numerosas columnas que aún conservan sus inscripciones y algunas aún mantienen restos de la pintura original. Sus capiteles tienen forma de papiro (papiriformes). El santuario se encuentra en el centro del templo.
El conjunto es realmente impresionante. En Karnak pudimos ver, como en Abu Simbel, los nombres grabados en la piedra de turistas o soldados del siglo XIX, evidentemente hoy en día les cortarían las manos….
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